TRAGEDIA EN ACAPULCO, DEJA HURACÁN 48 MUERTOS, CAOS Y DESOLACIÓN

Entre la desolación y el caos, los habitantes de Acapulco, Guerrero, comenzaron a dar cristiana sepultura a algunas de las 48 víctimas fatales que dejó el devastador paso del huracán Otis, sin embargo, la preocupación y la incertidumbre crecen a medida que pasan los días sin noticias de cientos de personas desaparecidas a raíz de la tragedia.

La Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana emitió un comunicado en el que confirmó la trágica cifra de 48 personas que perdieron la vida como resultado del huracán en el estado sureño de Guerrero, de las cuales 43 corresponden a Acapulco y las otras cinco al municipio de Coyuca de Benítez. Sin embargo, la gobernadora de Guerrero, Evelyn Salgado, en un primer momento informó que las autoridades estaban buscando a 36 personas desaparecidas, aunque posteriormente la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana ajustó la cifra a seis desaparecidos.

Según un balance presentado por la Coordinación Nacional de Protección Civil, se reportan 273,844 viviendas afectadas, un 80% de la infraestructura hotelera con daños, 120 hospitales y clínicas afectadas, y un sector eléctrico gravemente golpeado con 37 líneas de transmisión fuera de servicio, 26 subestaciones inoperables, una central de generación dañada y 10,000 postes de luz caídos. La reconstrucción y la atención a las necesidades urgentes de la población afectada representan un desafío monumental para las autoridades locales y federales en Acapulco.

La Secretaría de Relaciones Exteriores ha reportado la localización de 263 extranjeros que ya fueron evacuados de Acapulco. Hasta el día sábado, el gobierno había confirmado 39 fallecidos y 10 desaparecidos. El número de víctimas a consecuencia del devastador huracán que azotó Guerrero, y en particular Acapulco, se ha convertido en un tema de controversia, ya que algunos medios locales informaron sobre la recuperación de más cuerpos, y los familiares siguen reportando numerosas personas desaparecidas.

La secretaria de Seguridad y Protección Ciudadana, Rosa Icela Rodríguez, declaró el sábado que la probable causa de la muerte de las víctimas del huracán fue “asfixia por sumersión”, aunque admitió que se continúan las investigaciones para identificar a todos los fallecidos.

El secretario de la Defensa Nacional, general Luis Cresencio Sandoval, anunció el domingo que el gobierno destinará 5,000 elementos de la Guardia Nacional a Acapulco para asegurar el orden público, y que los uniformados tomarán el control de las estaciones de gasolina para evitar la extracción ilegal de combustible.

A las puertas de la morgue, desgarradoras escenas se suceden mientras diversas familias aguardan la entrega de los cuerpos de sus seres queridos que perecieron en el alud que sepultó humildes hogares. Informes no confirmados revelan que “son muchas las personas que fallecieron, son miles los desaparecidos”, argumentan algunos familiares, a pesar de las cifras oficiales proporcionadas por las autoridades.

La falta de ayuda humanitaria y suministros básicos ha generado una situación de desesperación entre los residentes de Acapulco, lo que ha llevado a saqueos en numerosos comercios. “Ya no hay comida, ya no hay agua. La gente está pidiendo en las calles”, afirma un testigo. Las autoridades civiles y militares continúan con las labores de limpieza en las calles de la ciudad de un millón de habitantes, donde cerca de 200 mil hogares siguen sin electricidad y buena parte de la población no cuenta con servicio de agua. En algunas zonas de la ciudad, el caos prevalece tras los saqueos que han afectado a cientos de comercios, lo que ha obligado al gobierno a desplegar 15,000 militares para mantener el orden y evitar que la situación se salga de control.

El progresivo restablecimiento de las operaciones aéreas ha permitido la evacuación de varios cientos de turistas que se encontraban varados en la ciudad.

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