Más de 5 mil muertos y 10 mil heridos por el terremoto en Nepal

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Hasta el momento Nepal no se da abasto para asistir a víctimas del devastador terremoto ocurrido hace tres días. Miles de personas luchan por salir de Katmandú y hay cientos de atrapados.

Las autoridades nepalíes piden ayuda para las personas que quedaron sin hogar y sin alimentos mientras miles trataban de huir de la capital, hacia las llanuras que la rodean aterrados por las réplicas.

El último recuento oficial de fallecidos difundido se situó en 5.057 y el de heridos en 10.915, informó el Centro Nacional de Operación de Emergencia del país asiático. En los países vecinos de Nepal han perecido cerca de 100 personas.

Las labores de rescate continúan dificultadas por las malas condiciones climatológicas y por las carencias del país asiático para responder a un desastre de tal magnitud, mientras se agota el tiempo para encontrar supervivientes entre los escombros.

Autoridades temen que la cifra de muertos en Nepal pueda llegar a 10.000, en el peor desastre de este tipo en Nepal desde 1934, cuando 8.500 personas perdieron la vida.

El aeropuerto Internacional de Tribhuvan de Katmandú operaba con restricciones porque muchos empleados no acudieron a trabajar, había gente intentando salir del país y una serie de réplicas forzaron su cierre varias veces desde el sismo. (Lea aquí: Colombiano en Nepal vivió el terremoto mientras meditaba)

El ministro del Interior, Bam Dev Gautam, estaba supervisando la entrega de ayuda y asistiendo a los pasajeros que querían abandonar el país. Funcionarios dijeron que necesitaban más suministros de comida, medicamentos, servicios especializados de rescate y bolsas para cadáveres.

“Las morgues están quedando completamente llenas”, dijo Shankar Koirala, un funcionario de la oficina del primer ministro que está lidiando con la disposición de los cuerpos. Las familias encendieron piras funerarias para los muertos en pueblos de todo el país.

Muchos residentes de Katmandú, una ciudad de un millón de habitantes, han dormido a la intemperie desde el terremoto, ya sea porque sus casas fueron destruidas o porque temen que las réplicas derrumben lo que queda en pie.

Las rutas que salen de Katmandú estaban colapsadas de personas, algunas con bebés a cuestas, tratando de subir a autobuses o lograr un aventón en autos y camiones hacia las llanuras. En el aeropuerto se habían formado largas filas. “Estamos escapando”, dijo Krishna Muktari, que administra una pequeña tienda de abarrotes en la ciudad de Katmandú. Mientras tanto, la extensión del desastre de Nepal recién comenzaba a conocerse al llegar reportes de devastación desde otras partes del país.

En los Himalayas, cientos de montañistas permanecían atrapados en el campamento base, donde una enorme avalancha desatada por el terremoto dejó 17 muertos en el peor desastre que asola al monte Everest.

Equipos de rescate, ayudados por un clima despejado, usaban helicópteros para buscar a decenas de personas varadas a gran altura, de a dos por vez.

En Sindhupalchowk, a unas tres horas en automóvil al noreste desde Katmandú, la cifra de muertos había trepado a 875 y se esperaba que aumentara. En Dhading, cerca del epicentro del terremoto al oeste de la capital, 241 personas murieron. “No hay nadie ayudando a la gente en los pueblos. La gente está muriendo donde está”, dijo A. B. Gurung, un soldado nepalí que esperaba en el distrito de Dhading por un helicóptero indio que había llegado a Darkha, su pueblo.

Los enfermos y heridos yacían a la intemperie en la capital, sin posibilidad de encontrar camas en hospitales de la ciudad devastada. En las afueras del Colegio Médico de Katmandú, cirujanos establecieron un centro en una tienda de campaña. En Katmandú y otras zonas, las familias exhaustas tendieron colchones en las calles y levantaron tiendas de campaña para protegerse de la lluvia. La gente hacía filas para conseguir agua entregada por camiones, mientras que las pocas tiendas que permanecían abiertas ya no tenían nada que vender.

Agencias humanitarias dijeron que se estaba entregando raciones de comida, agua y frazadas a la población afectada en la capital y otras ciudades. Algunos suministros comenzaron a llegar con cuentagotas a la capital, dijo un testigo. Algunos baños químicos se habían instalado y varias agencias locales proveían alimentos.

El Fondo para la Infancia de la ONU dijo que casi un millón de niños en Nepal se vieron afectados por el terremoto, y advirtió de enfermedades infecciosas y transmitidas por el agua.

Este mismo organismo aseguró que hasta el momento hay ocho millones de personas se han visto afectadas por el devastador sismo.

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