Violencia en Baja California Sur es derivada de la pobreza: Antorchistas

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La Paz, BCS.- Cada día la ola de violencia que azota al Estado se extiende y adquiere tintes más brutales, tal y como sucede en otras entidades a nivel nacional, lo que es muestra una descomposición social que deriva de la pobreza y la mala atención de los gobiernos hacia la ciudadanía, aseguró el dirigente estatal del Movimiento Antorchista Nacional,  Júpiter Tapia Cazales.

En relación a los hechos sangrientos y ejecuciones que siguen ocurriendo en esta capital, manifestó que lo peor que puede ocurrirnos es insensibilizarnos ante tanto horror, y terminar contemplándolo como algo normal, como si fuera con lo que debemos aprender a vivir.

De acuerdo al líder social la violencia es atizada por la estrategia de seguridad desplegada por las autoridades, “Por sus resultados puede verse que la estrategia gubernamental aplicada no está teniendo éxito, pues al no derivarse de un diagnóstico correcto hace imposible el eficaz tratamiento del problema, lo que se evidencia por las masacres, descubrimiento de fosas clandestinas, cuerpos calcinados, descuartizamientos y todo tipo de ejecuciones”, declaró.

Júpiter Tapia criticó las medidas de seguridad aplicadas como el aumento en armamento más sofisticado, creación de nuevas corporaciones y penas más duras para los infractores, “de todo lo cual se ufanan sus impulsores desde el Congreso y el gobierno. Muchos gobernantes incluso presumen de las miles de cámaras de video que están instalando, convirtiendo con ello al gobierno en un auténtico Big Brother y haciendo del mexicano un régimen cada vez más policíaco”, señaló.

En lo local, si tomamos en cuenta las declaraciones de la delegada de SEDESOL, María Luisa Araceli Domínguez Ramírez, la cual aseguró que el estado tenía solo 12,975 pobres, mientras que en 2010 el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval) contabilizó 199,401 personas en pobreza y 29,740 en pobreza extrema, podemos concluir que es algo ficticio atacar el rezago social, y sus consecuencias como la inseguridad, si se desconoce lo más elemental: el número de pobres y sus carencias.” señaló.

Citando datos de la Secretaría de Seguridad Pública federal, dijo que en los últimos 17 años, de 1994 a 2011, la población en las cárceles del país prácticamente se triplicó, al pasar de 86 mil a 231 mil 510 reclusos, sin que la inseguridad ni la delincuencia hayan disminuido.

Las causas, dijo son más profundas: “en primer lugar, los elevados y crecientes niveles de pobreza, consecuencia a su vez del modelo de concentración de la riqueza, que priva de lo elemental a muchos millones de mexicanos, como en el sector agrícola. Asimismo, síntoma de una economía anémica, en el sector informal sobrevive el 58 por ciento de la población ocupada. Como admite la OCDE, entre sus países miembros, en México se pagan los salarios más bajos y se laboran las jornadas más prolongadas.

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